Testimonio de un operador de Bell 505 

Cuéntenos un poco sobre su historia.

Empecé a volar máquinas de alas fijas a mediados de la década de 1980 cuando era adolescente y me dediqué a volar como actividad recreativa por unos 10 años. Lo dejé por un tiempo cuando empecé mi familia y empecé a trabajar en la industria de la construcción. Pero el amor por volar nunca desaparece. Siempre quise volar helicópteros pero en ese momento no tenía ni dinero ni tiempo. En 2008 hice mi entrenamiento de vuelo con helicópteros en Chinook Helicopters y obtuve mi licencia comercial. Volé 100 horas, con 50 horas en un Bell 47 y 50 horas en un Bell Jet Ranger 206B. Después de eso arrendé un Bell Jet Ranger 206B por un año a Chinook y después compré un helicóptero de pistón. En 2014, cuando ya tenía más experiencia en helicópteros, fui a Chinook porque me habían empezado a dar ganas de enseñar. Desde entonces me dedico a enseñar.

Enseñar es algo que disfruto y que me esfuerzo por hacer bien. Creo que mi especialidad es ayudar a los pilotos privados apasionados por los helicópteros durante todo el trayecto de obtener una licencia y aprender a volar bien. También les ayudo en el proceso de comprar una máquina, volar por placer y continuar con su entrenamiento de seguridad inevitablemente recurrente.

Hace unos años empecé la cuenta @padtango en Instagram con el objetivo de publicar una vez al día y compartir mi pasión por la aviación. Mientras tanto además empecé a volar como piloto comercial de aviones y ahora vuelo un avión de Citation, que también es muy divertido. Es divertido compartir la alegría en Instagram.

¿Por qué los helicópteros son la mejor herramienta para el trabajo?

Los helicópteros son la mejor máquina voladora; los aviones son buenos para ir de un lugar a otro. Hace dos fuimos con un amigo a volar en su Turbo Beaver, para el que tengo permiso para aterrizar en agua. Estábamos aterrizando en algunos lagos aquí en Columbia Británica. Si no fuese piloto de helicóptero de verdad creo que volar aviones flotantes aquí en B.C. sería el pináculo de la experiencia, pero los helicópteros son mejores. Son como la alfombra mágica. Es una bendición tener este terreno en B.C. Hay muchas otras partes del país que tienen paisajes espectaculares, pero desde aquí puedo despegar y estar en una cumbre nevada o junto a un lago alpino en el medio de la nada en 20 minutos. Es un privilegio y una alegría tan grandes; es increíble de compartir. Mi objetivo con la gente con la que trabajo como instructor es mantenerla a salvo al volar.

¿Qué es lo que lo atrajo al Bell 505?

Mi primera impresión del vuelo de demostración en el Bell 505 fue la gran potencia y amplia visibilidad. Cuando empecé a escuchar sobre el 505, me llamaron la atención unas cuantas cosas. Era evidente que Bell estaba tratando de lograr el concepto de cabina abierta, algo que me parece hicieron muy bien con esta máquina, y también usar partes y piezas ya probadas, un concepto que me encanta.

El motor Safran, por supuesto, es nuevo en la línea Bell. También trabajé bastante como instructor con el H120, que tiene el mismo motor, aunque no incluye el control de motor digital de autoridad total (FADEC). El H120 y el Bell 505 son el día y la noche en términos de desempeño y cómo funciona todo. La elección del FADEC es excelente: es el futuro. Es perfecto para cualquier piloto privado. Pasé bastante tiempo en Bell Jet Rangers y dependiendo de la aeronave a la que me subiera, tanto volando normalmente como enseñando a un alumno, el arranque puede ser como demasiado emocionante. Con el FADEC es maravilloso no tener que preocuparse por eso.

Para los pilotos privados que están aprendiendo para conseguir su permiso de tipo en el Bell 505, me encanta el FADEC. Honestamente simplifica muchísimo las cosas. Un arranque del FADEC, unas cuantas verificaciones rápidas, clic para volar, ¡y estoy listo para salir! Es bastante mucho más simple que en las máquinas anteriores. Con los estudiantes nuevos en esta aeronave, no me preocupo por que se les resbale el mando al salir y no preocupa que alguien acelere demasiado al cargar el motor. El FADEC y el interruptor lo hacen todo por el piloto.

El vidrio es el futuro, aunque puede implicar cierto obstáculo en el entrenamiento. No me convence del todo usar el término, pero sin duda hay que entrenar para acostumbrarse a todo lo que está disponible con el Garmin G1000H.  Dicho esto, me encanta el indicador de potencia, la alerta situacional y la información que se puede ver en las pantallas. Es fantástico porque está todo integrado y todo funciona en conjunto. Lo hermoso es que funciona tan bien en comparación a un montón de piezas independientes que te dan una pequeñita parte de la ecuación. Incluso en un Bell Jet Ranger más viejo uno tiene tres medidores diferentes para ver los límites de potencia y un montón de número y medidores para trabajar. Quizás el paso de análogo a digital sea algo extraño para cualquier piloto, pero se hace bastante rápido. Como el G1000H está totalmente integrado, todo está hecho para que funcione en conjunto. Hay mucha gente que cambia su helicóptero para tener un G500. Si bien mejora en gran medida una parte de la ecuación, no combina todo como lo hace el G1000H.

Hace unas semanas estaba haciendo unas autorrotaciones y me gustó muchísimo. Me di cuenta de que hay un retraso de un par de segundo, que como instructor, uno tiene que estar bastante familiarizado en el FADEC y la respuesta al hacer una recuperación de potencia. Es mucho mejor que preocuparse por torques y no lleva mucho tiempo acostumbrarse. Funciona muy bien y sin contratiempos. Me encanta el Bell 505 para enseñar autorrotaciones.

Si bien otros productos pueden tener un desempeño bastante bueno gracias a su peso liviano, esto implica el costo de tener problemas de turbulencia y molestias en las montañas. Este es un negativo clave en otros productos, su manejo en turbulencia. Siempre agradezco la masa extra de los productos Bell y aspas Bell cuando vuelo en las montañas.

¿Cómo es trabajar con Bell?

El proceso de entrega fue fantástico. Definitivamente un proceso de entrega de primer nivel que está muy bien hecho. Me encantó poder hablar con los ingenieros de Bell en Montreal. Tenía unas cuantas dudas técnicas y fue emocionante hablar con el piloto de prueba. Si él no sabía la respuesta, llamaba por teléfono a un ingeniero o experto del programa y me conseguía la información de inmediato. Eso es fantástico.