Con más de 300 millones de años de antigüedad y venerada en culturas de todo el mundo, la libélula responde rápidamente y se adapta rápidamente. En Bell, tampoco estamos satisfechos con quedarnos quietos.
En cambio, trabajamos duro para mantener nuestro impulso y evolucionar, siempre pensando en el futuro para crear lo que sigue en vuelo. Porque, al igual que estas criaturas en el aire, estamos constantemente alcanzando mayores alturas.